La siguiente es una ponencia presentada en Cuetzalan, Puebla el 17 de marzo de 2012, durante el festejo de los «30 años de alfabetizar por convicción«. Su intención es describir brevemente, a oídos de exalfabetizadores y exalfabetizadoras de varias épocas, lo que estamos haciendo ahora y cómo hemos llegado a ello.

Alfabetizar es un acto de amor, de coraje, una práctica de la libertad… pero esto todas y todos nosotros ya lo sabemos. Lo hemos aprendido, cada quién en su tiempo y a su manera, como se aprenden de verdad las cosas: trabajándolas.

Así que, pensando en que quienes estamos aquí hoy, sabemos de sobra que alfabetizar es mucho más que enseñar a leer y escribir; que nadie educa a nadie y nadie se educa solo; que nadie es si prohibe que los otros sean; que decir la palabra verdadera es transformar al mundo y que el mundo no es, sino que está siendo; creo que no es necesario explicar las bases de ¡Alfabetiza! y mucho menos es necesario poner una nota al pie de este párrafo que nos recuerde que todas estas ideas las aprendimos de Paulo Freire y las hicimos nuestras desde hace ya varios lustros. Vamos entonces a saltarnos la introducción y empecemos por lo más divertido: el final. El día de hoy.

Hoy estoy sentado aquí, leyendo con las manos sudorosas pero con la fuerza que me da el trabajo de mucha gente. No se extrañen si confundo la primera persona del singular con la del plural –si hablo de mí por decir nosotros y viceversa– porque responderá a una licencia literaria y no al ego. La inercia de las cosas me ha traído aquí como pudo haber traído a cualquiera de los más de 400 alfabetizadores y alfabetizadoras que han compartido sus veranos con el proyecto desde 1996.

Estoy representando uno de los núcleos organizadores de este festejo. Ese nucleo se llama Adeco, que significa Acciones para el Desarrollo Comunitario A.C. Somos una asociación civil con tres proyectos de desarrollo comunitario a partir de procesos educativos, tenemos este año cerca de 130 voluntarios y estamos en pleno desarrollo de dos precampañas simultáneas. Adeco es una especie de hija de ¡Alfabetiza!, ya que surgió en el 2005 por el interés de algunos alfabetizadores de darle un sustento institucional a un proyecto que, si bien no lo necesitaba para sobrevivir, sí lo podía aprovechar para crecer en varios aspectos. Y es también una especie de madre de la alfabetización porque lleva 6 años viendo por su continuidad y mejoría.

Y así llegamos a uno de los puntos importantes de mi intervención: la evolución de la campaña de alfabetización desde 1996 en que la conocimos nosotros hasta el día de hoy.

Nuestro viaje comenzó en Romita, Guanajuato, una vez que el CAF invitó al CEMAC a participar en las campañas; cuando el proyecto todavía era visto como un proyecto escolar, organizado por alumnos y exalumnos, pero que dependía mucho de la dirección y se apoyaba en los maestros. Luego vino 1997 con su mounstro de campaña, la más grande en la que he estado, con 74 alfabetizadores y  530 alumnos en 16 comunidades. Ya para ese entonces teníamos continuadores, proyecto comunitario y bibliotecas. Se incorporaron al proyecto el IE y el CIE Sur.

Solo un grupo de menos de 20 sobrevivientes regresamos para 1998. Fuimos a Terrenate, en Tlaxcala, y trabajamos en 3 comunidades; lo cual implicó un contraste enorme con respecto al año anterior. Para ese año desarrollamos algo que llamamos método piloto, que no era otra cosa que un grupo de palabras generadoras diseñadas especialmente para esas comunidades.

Con gran tristeza, no volvimos al año siguiente a Terrenate, pero con gran fortuna conocimos La Sierpe y otras 3 comunidades en las que trabajamos durante 1999 y 2000. Hubo ideas interesantes esos años, como la generación de láminas de palabras generadoras con fotos de la propia comunidad, donde aparecía la misma gente que estudiaba en los círculos de cultura. Se dio también la incorporación de escuelas: hubo invitados del Colegio Bilbao y regresó el Liceo Michoacano. Y finalmente, fue un paso importante para nosotros, los que habíamos conocido el proyecto en el 96 y 97, ya que a partir de una separación con los más viejitos nos consolidamos como un grupo independiente que comenzó su nuevo camino.

Y lo comenzamos creciendo. Para el año 2001 hicimos 2 campañas de alfabetización simultaneas: una con las nuevas incorporaciones escolares (Bilbao y Liceo Michoacano) y otra con las escuelas sede regulares (CEMAC, CIE, IE) a las cuales se unió el Logos. Trabajamos en Michoacán y en el Estado de México. Y ahí la historia se comienza a complicar, porque cada campaña trabajaba de manera independiente aunque acompañándose, porque cada grupo fue encontrando su camino, sus modos, sus herramientas y sus financiamientos. Y la experiencia se fue creando desde dos frentes que compartían aprendizajes y se aconsejaban en precampaña y especialmente en el coloquio a mitad de la campaña.

Para no hacerles el cuento muy largo, diré que durante 2002 repetimos la fórmula; en 2003 y 2004 trabajamos en Querétaro, por primera vez en una comunidad predominantemente indígena. Y a la vez trabajamos en Michoacán y por primera vez hicimos un tercer año en una comunidad, que no fue tanto una campaña de alfabetización como un proyecto comunitario de fomento del autodidactismo y de fortalecimiento de proceso. Es importante mencionar que ese año, los Pumas lograron el bicampeonato.

Durante 2005 y 2006, ambas campañas trabajaron en en el mismo municipio de Michoacán. Para el 2007 fuimos al municipio de Colón, en Querétaro, y en 2008 repetimos. Desde entonces se incorporó al proyecto el instituto Luis Vives.

En 2009 las dos campañas decidieron trabajar en distintos estados: una en Tlaxcala y la otra en Hidalgo. Y para 2010 repetimos Tlaxcala y nos expandimos a Veracruz, donde también trabajamos el año pasado.

La intención primera de esta ponencia era explicarles qué estamos haciendo, en dónde está parado el proyecto actualmente, luego de recorrer 55 comunidades en 8 estados a lo largo de estos 16 años que lleva nuestro viaje. Y sin negar los 30 años que llevan otros viajes que son finalmente el mismo. Así que empecemos de nuevo; otra vez por el final.

Como hemos hecho cada verano por lo que va de este siglo, este 2012 tendremos dos campañas de educación para adultos ¡Alfabetiza! que se desarrollan a la par pero independientes una de otra. Desde noviembre pasado comenzó la planeación: los grupos de coordinación hicieron su planeación estratégica, revisaron el Marco Lógico y propusieron algunos indicadores para evaluar el trabajo de este año. Luego vino el periodo de difusión y reclutamiento. Con una gran respuesta a la convocatoria, se han formado dos grupos de alfabetizadores, uno con cerca de 60 voluntarios y otro con más de 20.

El proyecto de las escuelas Logos, IE y Vives, se realizará este verano en el municipio de Tochimilco, Puebla. Conocemos muy bien el lugar porque el año pasado ya estuvimos ahí. Está dentro del Parque Nacional Popocatépetl en un municipio considerado indígena donde nos encontramos con alumnos que forman la primera o segunda generación que no habla nahuatl. El año pasado tuvimos en estas comunidades 117 alumnos, de los cuales 49 no sabían leer ni escribir. El porcentaje de analfabetismo, más allá de lo que opine el INEGI, es enorme.

Con la campaña del Colegio Bilbao estamos en proceso de elección de comunidad en la misma zona, porque queremos trabajar cerca unos de otros. Hemos cambiado las faldas del Pico de Orizaba, donde estuvimos durante los dos años recientes, por las faldas de Don Goyo.

La precampaña arrancó con todo a finales de enero. Seguimos, como siempre, con el esquema de sesiones semanales para lograr nuestra capacitación en métodos de alfabetización (particularmente el método de Palabra Generadora de Paulo Freire), preparar el material necesario para dar clases, desarrollar herramientas para trabajar en contextos rurales y procurar los fondos necesarios para vivir fuera de la ciudad durante dos meses. Para estas cuatro actividades principales, nos hemos dividido la responsabilidad en comisiones de trabajo. Hay cosas que nunca cambian.

Pero entre las cosas que sí cambian está la capacitación. No hemos dejado de leer a Paulo Freire, pero sí hemos tenido cierta actualización en los conceptos de educación popular, desarrollo comunitario, empoderamiento, praxis, interculturalidad, por decir algunos. Hemos desarrollado el “Seminario de prácticas comunitarias para la educación y autogestión”. Comenzó como una actividad propia de Tlalana (otro proyecto de Adeco) y el año pasado se volvió parte importantísima de la precampaña de ¡Alfabetiza! Su objetivo es reflexionar acerca de los procesos educativos de las personas jóvenes y adultas, así como el desarrollo colectivo y cultural a nivel comunitario como un proceso integral y dinámico. El Seminario contempla la presentación de conferencias magistrales, la participación de especialistas en el tema y la exposición de posturas relacionadas con la educación y proyectos autogestión. Hemos contado con la presencia de reconocidos personajes, desde Judith Kalman, y Carmen Campero, hasta nuestro queridísimo exalfabetizador Luis Alberto “el Chapo” Mendoza.

Merece unos segundos hablar de las Rutas Generadoras. Son una herramienta de planeación e impartición de clases que surgió dentro del proyecto como un esfuerzo por trasladar la lógica del método de Palabra Generadora más allá del ámbito de la lecto-escritura. Ustedes saben de qué hablo, así que imaginen utilizar Palabra Generadora pero en clases de matemáticas, de comprensión de lectura, de salud…

Esta herramienta, que se comenzó a desarrollar en el 2005, pretende que podamos trabajar en las clases en un proceso horizontal que vincule directamente su realidad con sus intereses y nos permita desarrollar material y actividades adecuados para cada persona. Es un modelo que estamos creando y evaluando en la práctica, con investigación, experiencias e intervenciones de los mejores pedagogos que conocemos hasta hoy: los alfabetizadores voluntarios.

Este año, nuestra camapaña del Bilbao ha cambiado el perfil de sus alfabetizadores y eso se debe en gran parte a la búsqueda de nuevos canales de convocatoria que no se ciñen tanto a las escuelas sede, ya que muchos voluntarios llegaron llamados por una convocatoria abierta en las redes sociales en la web y hasta en la radio. Esto provocó que tengamos en el grupo gente más grande, muchos universitarios, un par de voluntarios españoles y estudiantes de doctorado. La campaña del Logos, en cambio, tiene este año alfabetizadores de unos 17 años en promedio; algunos son universitarios pero la mayoría acaban de entrar a la prepa.

A través de los años hemos tenido una evolución en metodologías, en intenciones, en capacitación, en creación y abandono de líneas de acción… en fin, la alfabetización es un proyecto que parece estático, parece que es igual desde hace 30 años, que se repite, pero no: la campaña se reinventa cada vez. Y son los detalles los que, poco a poco, con el trabajo de muchos y muchas alfabetizadoras, algunos de 14 años, algunos de 28 o de 35, algunos que nos acompañan un verano por este viaje, algunos que llevan la mitad de su vida en esto, son esos detalles los que van construyendo esto como se construyen las cosas importantes: es decir, con recursos humanos intelectuales y sentimentales, con sudor, con corazón y con riñones, aunque no haya dinero.

Daniel Zúñiga – marzo de 2012