
La campaña de educación con personas jóvenes y adultas ¡Alfabetiza! se conforma año con año por jóvenes voluntarios y voluntarias de la Ciudad de México, quienes empiezan su aventura con una preparación intensiva durante 6 meses cada sábado por la tarde. Este proceso es para capacitarse y están basadas principalmente en las ideas de Paulo Freire con el enfoque pedagógico de la educación popular, la pedagogía crítica, y el método de alfabetización de la palabra generadora.
Desde enero de este año, las sesiones están dirigidas por un grupo de cinco coordinadoras, quienes se encargan de organizar las actividades de cada sábado, llevando una secuencia con los temas para lograr el objetivo como alfabetizadores a la hora de las clases en la comunidad. Las sesiones son un espacio muy divertido, con gran diversidad de voces y opiniones. Se abren temas de debate y discusión que siempre terminan entre risas, con una vibra positiva y respeto, donde todas las personas se muestran con disposición, entusiasmo y dedicación.
A la mitad de la precampaña se organizó la “avanzada”, que consistió en que el grupo alfabetizador visitó la comunidad de Chachahuantla —en la cual trabajamos este verano por tercer año consecutivo— durante un fin de semana para conocerla e irse familiarizando con el estilo de vida que llevarán durante dos meses en el periodo de campaña: se hospedan en la casa donde van a vivir, conocen los roles que van a tener, también tienen la oportunidad de convivir con las personas de la localidad y comienzan a adaptarse al entorno, desde el clima, la comida y las instalaciones.
Fernanda, una de las voluntarias, nos platica cómo se siente su primera experiencia como integrante de la campaña.
Pues la verdad me siento algo intrigada porque aunque he trabajado en desarrollo comunitario o he tenido materias que hablan de comunidades, realmente nunca he estado en una comunidad y no he incidido dentro de una. Tengo expectativas altas con respecto a lo que se va a hacer, justo por estas cuestiones de que teóricamente hemos hablado de esto pero no; o sea, creo que es muy diferente (…) pero la verdad es que tengo interés sobre todo en ir a ver cómo funciona ¿no?, muchas veces lo que te enseñan en la escuela no es realmente lo que está pasando dentro de esa comunidad.

Diana, coordinadora del proyecto, nos platica las expectativas que se tienen para este tercer y último año con la comunidad de Chachahuantla.
Espero hacer preguntas que ya estén mucho más relacionadas con los intereses de las personas porque ya los conocemos y las conocemos, y pues que a partir de estas preguntas que están surgiendo dentro de las capacitaciones y de que ya tenemos mucho más conocimiento sobre la comunidad, se puedan obtener resultados que sean más útiles para este último año de trabajo.
Ya más avanzadas las sesiones, cada integrante del grupo, comienza a presentar simulacros de clase ante sus compañeros y compañeras alfabetizadoras. Es aquí donde se aprende la teoría a través del trabajo práctico, esto ayuda para recibir críticas constructivas y mejorar mediante la práctica. Pero lo que llamamos “clases” dentro de la comunidad, nos se parecerán a lo que vivimos en la escuela: se busca abrir espacios de educación no formal, reflexión y convivencia que fomenten la participación comunitaria de una manera colectiva y horizontal.
El grupo de treinta alfabetizadores y alfabetizadoras está próximo a irse. El 15 de junio empieza un nueva experiencia para las y los integrantes de Alfa, quienes se encuentran muy nerviosos, emocionados, pero sobre todo, preparados para ir a brindar su trabajo y alegría a la comunidad de Chachahuantla, Puebla.
Por Alejandra Gómez Luna