
Con la resaca del Guadalupe-Reyes a cuestas y con pastel para celebrar los primeros cumpleaños, iniciamos el año en Por el derecho a la cultura en Pantitlán con buenas expectativas de crecimiento cualitativo y cuantitativo. Luego de unas buenas encerronas decembrinas para planear y soñar, el equipo trazó sus líneas de trabajo para 2013, a saber: ampliar la cobertura del proyecto hacia la comunidad por medio de conciertos mensuales (cada jueves último de mes), y formar multiplicadores con los propios participantes. Esto significa que los propios aprendices, los que ya tienen más tiempo, son ahora quienes enseñarán a los nuevos integrantes del taller.
Hacemos énfasis en este último aspecto, ya que uno de los ejes principales de Canto que florece es la formación de recursos humanos a partir de las propias comunidades en las que trabaja, esto es, crear bases sólidas y duraderas de autosustentabilidad para expandir el modelo educativo cultural que realizamos con la música. Este año nos hemos propuesto crecer mediante la formación de por lo menos ocho nuevos facilitadores (multiplicadores) en las áreas de musicalidad, violín, viola y violonchelo, y de llevar a cabo más presentaciones del ensamble de cuerdas, tanto en la comunidad como fuera de ella. Sabemos que es un propósito grande, pero las renovadas energías del equipo y de los participantes nos permitirán alcanzarlo.
También el equipo de Canto que florece está trabajando a todo vapor en una buena sorpresota que esperamos compartir a mediados febrero.