Pedagogías para pensar el mundo:
Paulo Freire a 101 años de su nacimiento
Fue la influencia de Paulo Freire en las vidas de decenas de jóvenes —que trabajamos de la mano en varias campañas de alfabetización de los años 90— lo que nos llevó a crear el ente colectivo que es Adeco. Dicho de otra manera: Adeco nace de nuestra reinterpretación de la lucha que nos planteaba Freire a través de la lectura de su palabra, de la influencia de su vida y de la praxis que encontramos en nuestro trabajo voluntario en diversas comunidades rurales del país por esos años.
Dos de las frases que más nos marcaron en esos días fueron, por un lado «el mundo no es, el mundo está siendo», y por otro «deben reinventarme, mas no repetirme». La primera nos invitó a combatir la desesperanza tan común en nuestra generación y a enfocarnos en la transformación de nuestro entorno inmediato, de nuestras comunidades y de nuestras propias vidas. La segunda frase nos ha acompañado a lo largo de nuestros 16 años de vida institucional en la búsqueda constante por resignificar la educación popular y la alfabetización misma. Por eso nos hizo mucho sentido esta mesa y las preguntas que se nos plantearon para abordar el tema; porque en Adeco estamos convencides de que los saberes y las acciones colectivas son las que nos llevan a la construcción de conocimiento y con ello de una acción transformadora. Como bien lo diría Freire: «nadie educa a nadie, nadie se educa solo, las personas nos educamos entre sí mediatizadas por el mundo».
La influencia de la educación popular y de la visión democratizadora, dialógica y horizontal de Freire, ha nutrido también nuestra concepción de un término tan ambiguo y peligroso como desarrollo comunitario. En Adeco lo entendemos como el proceso en el que las comunidades evidencian, se apropian y desarrollan sus recursos personales, sociales, culturales, ambientales, comunitarios y económicos, de una manera sustentable y colectiva. Esto significa que son las mismas comunidades y sus miembros quienes definen y hacen, a partir de sus conocimientos, historias, intereses y significados, los caminos que quieren recorrer.
Pensamos también en la recreación de la cultura entendida como la forma en que nos relacionamos con las personas y los entorno, hacer un análisis de las prácticas cotidianas y transformar hábitos, actitudes y comportamientos tanto individuales como colectivos permite esas pequeñas transformaciones que pueden llegar a ser sostenibles en el tiempo y autónomas, consideramos pues que la construcción de una sociedad más justa, incluyente y sustentable, pasa forzosamente por recrear la cultura.
Aprovechamos la invitación a participar aquí para recuperar algunas voces de algunas compañeras y compañeros sobre la influencia de Freire, como una manera para repensar lo que al día de hoy hacemos.
Eder afirma que «una de las características de los proyectos basados en las ideas de Freire es la constante generación de ideas. Cuando estás ahí sueñas y creas todo el tiempo, incluso con más ideas de las que se pueden concretar. Y eso es algo que me acompaña hasta la fecha, tener la cosquilla de que hay cosas diferentes por hacer, formas nuevas de trabajar, proyectos venideros de los que puedo ser parte. Es la cosquilla por querer influir en la realidad, y esa no se quita».
María asegura: «casi todo mi hacer pedagógico es a partir de la influencia del trabajo de Freire y las campañas de alfabetización. Su filosofía abrió en determinado momento de la historia nuevas formas de aproximarse a la educación, a la investigación y al trabajo con personas. Actualmente reconocemos la idea de «las educaciones populares» ya que al nacer de la práctica son muchas y diversas, y están en constante construcción».
De las ideas que han sido rebasadas,«partiendo de su idea de los oprimidos, Freire deja de lado el papel de la mujer, siendo que mucho de su investigación fue gracias a muchas maestras mujeres. Muchas feministas hacen esa aportación al trabajo de Freire y así se van generando nuevas corrientes a la educación popular, incluso ahora se habla de la educación popular ambiental».
Claudia ha generado «un amor por los procesos educativos al palpar que la educación sí es transformadora, que las personas se sepan capaces de construir conocimientos a partir de sus experiencias permite romper barreras heredadas de un sistema escolarizado. La educación popular es crear posibilidades para construir conocimiento de manera colectiva. Esto me ha permitido ser autocrítica en los procesos educativos en los que participo: ¿Cómo nos estamos relacionando en el espacio educativo? ¿Todas las personas se sienten con la libertad de participar o no? ¿Tal o cual proceso de formación (taller, curso, capacitación, etc.) puede o debe de transitar a ser sostenido por las personas participantes? ¿Cómo aterrizamos para romper con la idea de que “el que está enfrente del grupo es el que sabe”?».
Zazú se dió cuenta que puede «impulsar atmósferas educativas para la construcción colectiva de conocimientos en donde el no saber se vuelve el motor para la autogestión y la autonomía y, que pensar en una educación transformadora desde la institucionalidad de la academia o las instancias públicas requiere de un proceso de desaprender que no muchas veces se está dispuesto a dar».
Rodrigo sigue impulsando las «comunidades de aprendizaje como una opción para la recreación de la cultura, el desarrollo comunitario y la conformación de espacios incluyentes, que no se restringen únicamente al ámbito educativo, sino que pueden ser adoptadas en otros ambientes como el productivo o el político».
Daniel opina que «debemos entender que lo que aprendimos de Freire respondía a cierto tiempo y contexto. Su influencia en nuestro trabajo es enorme y parte de esa influencia significa cuestionarlo a él mismo y buscar siempre la evolución de las ideas y de las prácticas. Debemos ser capaces de leer con nuevos lentes sus postulados sobre la opresión, sobre las diferencias de clase, sobre las prácticas colonizadoras, sobre el saber popular, sobre la cultura. Pienso sobre todo en reinventarlo superando dos ideas que leí en Freire: la dicotomía entre opresor-oprimido y el antropocentrismo».
Seguimos en Adeco buscando generar diversas propuestas metodológicas, pedagógicas y didácticas basadas en la participación y en el diálogo entre los distintos saberes de las personas. Es una propuesta en la praxis y desde una postura política; sin embargo, las realidades nos rebasan: las violencias, desigualdades y exclusiones que vive nuestro país merman fuertemente la participación y organización de las personas en sus comunidades. Vamos a contracorriente y nos parece que estos retos nos invitan a repensar y reinventar a Freire desde las nuevas pedagogías feministas y la generación de nuevas corrientes de educación popular, desde la investigación acción participativa que se intenta desarrollar en el ámbito académico, la construcción educativa de otras economías posibles y una nueva concepción de la relación con la naturaleza y la vida.
Sirvan entonces los espacios como el de hoy para conmemorar, agradecer y reconocer influencias, pero también para seguir construyendo en colectivo y preguntarnos hacia dónde va nuestro quehacer en busca del desarrollo comunitario, la recreación de nuestras prácticas culturales y el buen vivir. Sirva esta participación para abrir una conversación y para generar un diálogo y escuchar la palabra de ustedes.
Daniel Zúñiga y Aranzazú Díaz
Ciudad de México a 19 de septiembre de 2022
Ponencia presentada en el ciclo «Pedagogías para pensar el mundo: Paulo Freire a 101 años de su nacimiento», organizado el 19 de septiembre por Editorial Siglo XXI.